¿Qué es mejor un spa, un balneario, un talaso o un hammam? En nuestro artículo sobre las diferencias entre spas, balnearios y talasos, te hablamos brevemente de cada uno de ellos y en qué se diferencia este tipo de centros, haciendo una ligera mención al hammam o baño turco.
En este artículo queremos entrar un poco más en detalles y darle protagonismo al hammam, indicando qué es un hammam y cuáles son sus beneficios. De esta forma, te será mucho más fácil determinar a qué centro acudir o qué tratamiento elegir según tus necesidades.
Si quieres saber más sobre el hammam y qué beneficios aporta a nuestro organismo, ¡solo tienes que seguir leyendo!
Qué es un hammam
Buscando a qué spa acudir, es probable que te hayas encontrado con centros cuya denominación no incluye spa, balneario ni talasos, conocidos como hammam. Y en ese caso te hayas preguntado qué es un hammam.
El hammam es un baño público que se considera un punto de encuentro tradicional en la cultura musulmana. Su nombre proviene del árabe ḥammām, que significa baño artificial, y de ḥāmma, que se refiere a un balneario, es decir, un lugar con aguas mineromedicinales. En estos establecimientos, se combinan los rituales de higiene otomanos con el ambiente de las antiguas termas romanas.
Es importante saber que hoy en día la palabra hammam se utiliza frecuentemente como sinónimo de baños árabes o baños turcos, aunque los rituales originales que se practican son distintos. Por ejemplo, el ritual del hammam se realiza en tres áreas: primero, en el vestíbulo, que es un espacio de relajación; luego, en la sala cálida, donde uno se recuesta para sudar y se frota el cuerpo con kessa y jabón natural; y finalmente, en la sala fría, donde se hidrata el cuerpo y se concluye el ritual.
Beneficios del Hammam
El hammam o baño turco es un tratamiento hidroterápico bajo forma de vapor caliente que tiene increíbles beneficios sobre nuestro organismo.
En un hammam podemos olvidarnos del estrés y de las molestias. El baño turco actúa como un antídoto perfecto contra las tensiones, aliviando así todas las formas de estrés. Pero has de saber que, el bienestar que deriva del baño de vapor no se limita a la mente, ya que tiene numerosos efectos positivos sobre nuestro cuerpo. Un baño de vapor relajará cuerpo y mente.
Por otro lado, la temperatura elevada y el vapor estimulan los poros de la piel y ayudarán a abrirse y por medio de sudor a limpiarse. Se trata de una limpieza profunda de la epidermis, eliminando impurezas y toxinas. Además, va acompañada de una renovación celular, reduciendo problemas de la piel como dermatitis y/o acné.
Incluso podemos asegurar que, los resfriados más rebeldes pueden curarse, debido a que el calor ayuda a descongestionar las mucosas y expulsar el exceso de mucosidad. El vapor despeja las vías respiratorias, estimula la circulación sanguínea y linfática, oxigena los tejidos y en general, tiene un efecto relajante sobre nosotros.
Por si esto fuera poco, hemos podido comprobar cómo cada vez es más habitual encontrar baños árabes o baños turcos en gimnasios y centros deportivos, por incluir numerosos beneficios para nuestro organismo tras el ejercicio físico. El baño de vapor ayudará a relajar los músculos, a aliviar la fatiga y restaurar el cuerpo tras un ejercicio intenso.
Como puedes ver, son numerosos los beneficios de baño de vapor o hammam. A modo de resumen, te mostramos un listado con los principales beneficios de acudir a un hammam:
- Un baño de vapor en el hammam aumenta el ritmo cardíaco y la respiración.
- Estimula el sistema nervioso.
- Te ayuda a liberar tensiones acumuladas. Disminuye los niveles de estrés, ayudando como terapia para la ansiedad y depresión.
- Despeja la mente de preocupaciones.
- Suaviza tu piel, volviéndola más tersa.
- Limpia profundamente los poros, eliminando los puntos negros y combatiendo el acné.
- Un baño de vapor posee cualidades expectorantes. Ayuda a disminuir los síntomas de bronquitis, sinusitis y otras molestias respiratorias leves como la tos o el resfriado común.
Además de todos estos beneficios del hammam o baño árabe, hemos de añadir que se trata de una terapia ideal para las mujeres que sufren de dolores menstruales, para la liberación de estrés acumulado y para combatir el insomnio.
Contraindicaciones del baño turco
Como has podido ver, son numerosos los beneficios del hammam o baño turco, pero lamentablemente no está indicado para todo tipo de personas. Debido a sus propiedades, el baño turco está contraindicado a personas que padecen trastornos cardiocirculatorios, que sufren de hipertensión o presión arterial alta e incluso para aquellos que la tienen baja. Del mismo modo, el hammam está contraindicado para personas con problemas renales o de corazón.
Está claro que, las altas temperaturas y el índice de humedad que podemos encontrar en un baño turco o hammam pueden ejercer efectos beneficiosos sobre nuestro cuerpo, pero hay que tener presente que, personas sensibles puede sufrir subidas o bajadas de tensión, mareos o tener sensación de palpitaciones en las sienes.
En cuanto al resto de contraindicaciones del baño turco indicar que, la fuerte sudoración del baño de vapor ayuda a eliminar impurezas y toxinas del organismo, pero si no se controla también puede presentar efectos deshidratación, por lo que recomendamos beber líquidos después de un baño turco, ya sea agua, zumos de frutas o infusiones.
A pesar de estas contraindicaciones del hammam o baño turco, comprobarás que el hammam es un tratamiento seguro y natural con grandes propiedades y beneficios para nuestro organismo. Además, podemos garantizar efectos a largo plazo. Dos sesiones por semana serían ideales para empezar a notar los beneficios del baño turco. Tu cuerpo y mente lo agradecerán.
Cómo disfrutar de los beneficios del Hammam o baño turco: pasos a seguir
Ahora que ya sabes qué es un hammam, cuáles son sus beneficios y contraindicaciones, vamos a contarte cómo disfrutar de los beneficios del hammam o baño turco.
Para disfrutar al máximo de los beneficios del baño turco, se recomienda seguir unos pasos. A continuación te indicamos los pasos a seguir para disfrutar de los beneficios del hammam:
- Deberemos realizar el tratamiento hammam o baño turco realizando un ciclo de actividad entre baño de vapor, ducha fría y una ventana de reposo.
Recomendamos empezar con un baño de vapor de no más de 20 minutos, sentados o semiacostados y a ser posible cubiertos con algún tejido o tela transpirable.
Si en algún momento se presentan señales de aumento o reducción de presión sanguínea deberemos interrumpir el baño de vapor. - Tras salir del hammam, se recomienda revigorizar el cuerpo con una ducha fría. Esta ducha de agua fría ayudará a tonificar los tejidos y a reequilibrar nuestro organismo tras someterlo a las altas temperaturas del baño turco y a su elevada humedad.
- Posteriormente, nos tomaremos unos minutos de descanso para relajarnos, antes de repetir el segundo ciclo de baño de vapor más ducha fría.
Si lo deseas, puedes combinar los efectos del vapor con cromoterapia o aromaterapia. Con la acción de los colores y de los aceites esenciales sobre nuestro cuerpo conseguiremos un efecto aún más regenerante y relajante.
Si estás pensado en acudir un hammam y no saber cuál de ellos elegir, vamos a mostrarte algunas opciones muy interesantes, por estar considerados los mejores hammam del país, como por ejemplo del Hammam Vital Experience de Madrid o el Hotel Hammam Vejer de Vejer de la Frontera. Descubre éstos y otros hammam en nuestra página web de Spalopia: