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21 formas probadas de alcanzar la felicidad

Todos queremos ser felices, no cabe ninguna duda. Ahora bien, ¿cómo podemos ser felices en un mundo tan estresante y complejo? Pues la realidad es que no podemos cambiar el mundo pero sí podemos cambiar la forma en que lo observamos.

“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Mahatma Gandhi

Evidentemente, existen factores externos a nosotros que condicionan nuestra existencia y que nos afectan negativamente: una ruptura amorosa, problemas económicos o la desaparición de un ser querido, entre otros. Sin embargo, de lo que se trata es de mantener una actitud positiva ante la vida para poder afrontar los retos que ésta nos presenta con la máxima fortaleza.

Para ello, contamos con un aliado que nos puede ayudar a ser felices: nuestro cerebro. El órgano más importante del cuerpo es el responsable de que segreguemos una serie de sustancias que han sido relacionadas con la felicidad:

La gran pregunta que seguro que te estás haciendo es: si estas sustancias son tan importantes, ¿cómo puedo hacer para que mi organismo las active? Pues te propongo varias acciones que puedes realizar hoy mismo para tratar de ser feliz. Las he dividido en seis apartados: aspectos mentales, alimentación, ejercicio, relax, socialización y espiritualidad.

Espero que te gusten…

Aspectos mentales para ser feliz

Como dijimos al principio, nuestra mente tiene mucho que ver con la percepción de la realidad y, por eso, una de las claves es disponer de un estado psicológico óptimo. Para ello, nada mejor que:

Ser agradecido: ¿te has parado a pensar lo afortunado que eres? No importa la situación en la que te encuentres ahora, hace mil años era peor, hace 100 años también y hace 10 también.

Cada vez más, los adelantos técnicos, sanitarios, higiénicos, nos permiten tener una vida cómoda. Tenemos toda la información que necesitamos desde nuestro smartphone, aire acondicionado, servicio de transporte público, hospitales, aeropuertos, agua corriente en las casas, electricidad…

Lo que trato de decirte es que, en lugar de centrarte en lo que no tienes, céntrate en todo lo que SÍ tienes. Y no hablo solamente de cuestiones materiales, si tienes una familia unida valóralo, si tienes salud, si tienes amigos, etc., valora todo lo que tienes. Esto te predispone automáticamente a la felicidad porque estás concentrado en aquello que ya tienes y no en aquello que te falta, lo cual conecta con el siguiente punto que te voy a comentar.

Ser abundante: como te decía, pensar en aquello que ya tienes hace que te sientas abundante porque, aunque no lo creas, todo en la naturaleza es MUY abundante. ¿Te has parado a pensar cuántos granos de arena o cuántos insectos habitan nuestro planeta? Probablemente billones.

Pues así es con todo, nuestro cuerpo tiene miles de millones de células, el universo tiene miles de millones de estrellas, etc. ¿Qué te hace pensar entonces que no hay de todo para todos? ¿Todavía no me crees? Vete a una tienda a comprarte unos zapatos, verás que existen miles de marcas, ahora haz lo mismo cuando vayas a reservar una habitación de hotel (millones de hoteles). Vivimos en la economía de la abundancia y no por casualidad sino porque el ser humano es abundante.

Por supuesto, lo mismo ocurre con el dinero que, a pesar de lo que puedas imaginar, no es escaso sino extremadamente abundante. De hecho, la única diferencia entre hoy y mañana es que mañana habrá todavía más dinero en circulación. Otra cuestión es quién tenga el dinero, pero que no te engañen, dinero hay y a raudales.

Centrarte en lo positivo: sin quererlo ya lo hemos llevado a cabo mediante los dos ejercicios anteriores. Ser agradecido y abundante es centrarte en los aspectos positivos, pero no porque no existan los negativos. No podemos ser tan ilusos de pensar que no existen las enfermedades o las injusticias. Claro que las hay y, de hecho, de forma muy abundante porque todo es abundante, incluso lo negativo. La cuestión es que nosotros podemos decidir ver el vaso medio lleno, porque esa decisión nos corresponde a nosotros. Si quieres ir más allá prueba esta medida: deja de ver el telediario durante una semana y me cuentas tus impresiones.

Alimentación para ser feliz

A estas alturas y con toda la información que tenemos a nuestra disposición, está claro que una correcta alimentación ayuda a prevenir enfermedades y, por supuesto, a fomentar nuestro bienestar físico y mental. Esto es así porque muchos de los componentes de los alimentos nos ayudan a reparar el cuerpo, a relajarnos, a darnos más energía y, en definitiva, a nutrirnos.

Por eso, quiero compartir contigo varias ideas que te sirvan para alimentarte mejor:

Dividir el plato en 3: esta es una idea que está teniendo mucha fuerza últimamente y que proviene de varias investigaciones. Me parece que por su simplicidad puede ayudar a muchas personas a controlar las cantidades de lo que come. Si los deportistas o las personas que tienen problemas metabólicos (como aquellas que sufren de diabetes) pesan sus alimentos para ingerir la cantidad correcta de hidratos de carbono, proteínas y grasas, resulta que ahora podemos aplicar una solución más sencilla: dividir el plato imaginariamente en 3 partes.

Una de ellas dedicarla a alimentos proteicos (huevo, carne, pescado, soja, etc.), otra para carbohidratos (patatas, pan, arroz, maíz, etc.) y otra para verduras cocidas o ensalada. La cuestión es crear un plato equilibrado que no sobrepase las proporciones mencionadas. De todas ellas, como sabes, los más problemáticos son los carbohidratos, en el siguiente punto te explico por qué.

Cuidado con los carbohidratos: aunque los carbohidratos son esenciales y el cuerpo tiene una tendencia natural a pedirnos altas cantidades de estos componentes, lo cierto es que solo producen una satisfacción momentánea que se disipa rápidamente y nos lleva a engordar. ¿Por qué? Porque la forma en la que el cuerpo humano aumenta su grasa ocurre, en la mayoría de los casos, cuando se consumen carbohidratos.

Esto sucede porque cuando se ingieren alimentos como la pasta, el pan o el arroz, el cuerpo se ve obligado a producir insulina, que es la hormona que ayuda a introducir el azúcar en las células del cuerpo. Cuando la cantidad de azúcar es superior a la que necesita, entonces se convierte en grasa que se acumula para ser utilizada en caso de necesidad. Esto no significa que no haya que consumir carbohidratos, simplemente que hay que comerlos en su justa medida para no desequilibrar las funciones metabólicas del cuerpo.

Beber agua: evidentemente tienes que beber la cantidad adecuada de agua. ¿Cuánto es esto? Existen muchas teorías, pero se suele decir que en torno a 2 litros por día, lo que equivale a unos ocho vasos de 250 mililitros. No es cuestión de tomar agua si el cuerpo no lo pide pero es muy habitual que nos olvidemos de beber agua durante las horas de trabajo porque estamos concentrados desarrollando diferentes tareas. Siempre que puedas, ten a mano una botella e intenta beber de vez en cuando para estar hidratado constantemente.

Comer Fruta y Verdura: son la base de una alimentación sana. Como dicen los anglosajones: an apple a day keeps the doctor away o lo que es lo mismo, una manzana al día mantiene al médico alejado. La fruta y la verdura son fuente de vitaminas y minerales que nos ayudan a mantener el funcionamiento óptimo del cuerpo. Eso sí, la proporción siempre debe ser mayor de verduras que de fruta y, a ser posible, las frutas deberían tomarse en su estado natural, ya que contienen azúcares que consumidos sin la fibra entran al torrente sanguíneo muy rápidamente y, sí, contribuyen a que engordemos. Por tanto, mucha verdura y un par de piezas de fruta al día.

Ejercicio para alcanzar la felicidad

Caminar 20 ó 30 min al día (10.000 pasos al día): todos los médicos lo recomiendan, caminar al menos 20 minutos al día. Como sociedad nos hemos vuelto tremendamente sedentarios y eso es muy negativo para nuestro organismo, ya que el cuerpo está “diseñado” para moverse y no para permanecer durante largos periodos de tiempo sentado.

De hecho, según las conclusiones de un informe reciente llevado a cabo por Marcus Johansson y Terry Hartig (Psychological Benefits of Walking: Moderation by Company and Outdoor Enviroment,) en el que se estudió a un grupo de personas que realizaba una caminata diaria de 40 minutos en diferentes contextos (parques, calles, zonas concurridas, zonas solitarias) y con situaciones sociales diferentes (solos o acompañados), los datos fueron muy positivos para la salud de los participantes, sobre todo, si los paseos se realizaban por zonas naturales en las que predominaba la vegetación y el agua y todavía mejor si estaban acompañados. Así que ya sabes, caminar por un parque verde jalonado de fuentes y en buena compañía es el pasaporte seguro a la felicidad.

Hacer Yoga, Taichi o Pilates: Se trata de tres disciplinas de raíces asiáticas que proporcionan grandes beneficios para mejorar el estado de la mente y el cuerpo. Se han llevado a cabo numerosos estudios académicos que atestiguan las bondades de practicar estas tres actividades. En particular, sobre el Yoga podemos mencionar el artículo: Benefits of Yoga for Psychosocial Well-Being in US High School Curriculum; en el que se describe cómo una comunidad de estudiantes practicantes de yoga consiguieron estar de mejor humor durante las clases, mejorar las relaciones personales entre ellos, reducir el nivel de estrés, controlar la ira y estar mejor concentrados. ¿Suena interesante? Pruébalo y nos cuentas si te encuentras mejor y eres más feliz.

Practicar deportes grupales: aunque este asunto lo trataremos más adelante, es importante resaltar que la socialización es fundamental para alcanzar la felicidad. Ya lo decía Aristóteles hace 2.300 años: el hombre es un ser social por naturaleza. Aunque existen personas que no necesitan tanto de la compañía de otras, lo cierto es que la mayoría si necesita interactuar con otros individuos para ser feliz.

Por eso, nada mejor que los deportes grupales, ya que ayudan a mejorar la comunicación, a colaborar con otros seres humanos y a sentirse parte de un equipo generando un fuerte sentimiento de pertenencia que, a la postre, nos hace felices. Más aún si logramos buenos resultados y nos sentimos reconocidos por el grupo, generando prácticamente todas las hormonas de la felicidad que comentamos al principio.

Relax para ser feliz

Podría decirse que relajarse es una labor esencial que tanto las instituciones públicas y las empresas deberían fomentar. En un mundo donde predomina la inmediatez y las personas se ven obligadas a resolver situaciones complejas en tiempo record, se hace cada vez más necesario conseguir calmar la mente y reducir el estrés.

Así que vamos a ver algunas prácticas que nos pueden ayudar a relajarnos:

Excursiones a entornos naturales: los entornos naturales nos ayudan a conectar con nuestros orígenes y si esta naturaleza es agradable a los sentidos, puede ayudarnos a estar sosegados. Por ejemplo, una playa que no esté abarrotada de personas o una excursión por una vereda tranquila en el bosque se traduce instantáneamente en un momento de paz y tranquilidad. El olor a hierba y vegetación, el efecto calmante que ejerce el sol sobre la piel o el ambiente silencioso de algunos parajes sirven, sin lugar a dudas, para generar estamos de tranquilidad, bienestar y felicidad.

Acudir a un spa: Como parte de un estilo de vida saludable, siempre recomiendo visitar de vez en cuando un spa, ya que son lugares especialmente creados para el descanso físico y mental. Así, dejarse acariciar por el agua de las duchas de cuello de cisne o ponerse en las manos de un buen masajista que nos ayude a relajar la tensión muscular son actividades que nos acercan decididamente hacia momentos de bienestar y felicidad.

Dormir profundamente: a veces pensamos que necesitamos alimentarnos mejor porque estamos bajos de energía. Sin embargo, en muchos casos el problema viene dado por una falta de sueño. Dormir es esencial para que el metabolismo del cuerpo funcione correctamente, además, es el momento en el que el cuerpo aprovecha para recuperarse de la actividad diaria.

Una de las personas que mejor ha sabido divulgar las bondades del sueño es Ariadna Huffington, la creadora del reconocido periódico online Huffington Post, una escritora griega afincada en Estados Unidos que en un momento convulso de su vida se dio cuenta de que aquello que llamaba éxito le estaba costando la salud. De esta manera, decidió investigar por su cuenta y escribió el best seller llamado The Sleep Revolution, en el que escribió acerca de todos los beneficios que tiene dormir para mejorar nuestra salud.

Meditar: aunque la imagen mental que podamos tener de la meditación es la de Siddharta Gautama (Buda) en posición de flor de loto, lo cierto es que esta práctica introspectiva conlleva muchísimos más beneficios de los que pudiéramos imaginar.

Por citar un ejemplo, el estudio llevado a cabo por la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins titulado Baltimore Meditation Programs for Psychological Stress and Well-Being nos sirve de referencia para comprobar que meditar literalmente “puede ayudar a reducir la ansiedad, depresión e incluso el dolor en algunas muestras de pacientes”. Todo ello utilizando técnicas de mindfulness y determinados mantras. Es cierto que lleva tiempo y que se debe ser constantes, pero la práctica continua resulta ser a largo plazo muy beneficiosa.

Minimalismo: frente al consumismo actual, muchas personas eligen, cada vez más, un estilo de vida sencillo y alejado de ataduras materiales. Así, te habrás fijado que existen programas de televisión sobre personas que deciden comprarse casas muy pequeñas para no tener que pagar grandes hipotecas o muchas otras que deciden deshacerse de muchos de los objetos que no utilizan para concentrarse en aquellos que sí tienen una utilidad o un valor más sentimental.

Así, son legión las personas que deciden tener muy pocas prendas de ropa (pero de calidad), solo los libros que realmente les aportan algún valor, eligen no tener un coche si existe un buen servicio de transporte público, etc. Pero no porque sean tacaños, de hecho, probablemente los objetos que tengan sí sean de buena calidad, la cuestión es disponer exclusivamente de aquello que necesitan. Concentrarse en lo esencial y no en los superfluo.

Quienes lo han probado dicen que su calidad de vida mejora considerablemente, como es el caso del reconocido blogger Leo Babauta, que lleva más de 10 años siguiendo este estilo de vida y lo cuenta en su blog Zen Habits, que tiene más de 2 millones de lectores al año.

Si vas a probarlo, cuéntanos después tus vivencias en los comentarios.

Lectura recomendada: ASMR, el método de relajación con sonidos.

Socializar para alcanzar la felicidad

Pasar tiempo con familia y amigos: como ya anunciamos anteriormente, el ser humano es social por naturaleza, por lo que dedicar tiempo a tu familia y amigos debe ser una de las máximas prioridades si deseas ser feliz. Muchas investigaciones sugieren incluso que una vida activa socialmente reduce la aparición de ciertas enfermedades y fomenta la longevidad.

El caso más importante que se conoce es el de la localidad de Loma Linda en California, cuyos habitantes tienen muchas posibilidades de convertirse en centenarios, ya que la combinación de una vida saludable basada en una buena alimentación, ejercicio y, sobre todo, un sentido de la comunidad muy fuerte, han hecho de esta población una de las más felices del mundo.

Hacer cosas por los demás: no existe nada más gratificante en el mundo que hacer algo positivo por otros seres humanos. A veces consiste simplemente escuchar a tu pareja, otras ayudar a tu familia cuando lo necesita, o a un compañero de trabajo, o a un desconocido.

La sensación de poder aportar algo hace que te sientas valioso y abundante. Y así lo atestiguan también muchas personas que se prestan como voluntarios para ayudar a personas en riesgo de exclusión social, cuando tratan de proteger el medio ambiente o más recientemente cuando ayudan a personas que han pasado tristemente por un conflicto bélico.

Espiritualidad y trascendencia: ¿la verdadera felicidad?

Es la cuestión más abandonada de todas, pero quizás la más necesaria: la espiritualidad. Al margen de las connotaciones religiosas evidentes de esta palabra o de las creencias que tengas (perfectamente puedes ser ateo pero aspirar a que tu vida sea trascendente), te animo a que profundices en los aspectos que te propongo a continuación, ya que están directamente relacionados con la felicidad:

Pensar en la vida y la muerte: ¿Cómo puede ser que pensar en la muerte te haga feliz? Por supuesto que no. Todos anhelamos ser inmortales, pero pensar que en algún momento dejarás de existir hará que disfrutes más cada momento de la vida.

Cuando digo cada momento me refiero a cada momento, incluso en aquellos que no son positivos porque alguna enseñanza podremos extraer, aunque sea para no cometer los mismos errores en el futuro. La muerte te da una perspectiva de lo increíble y milagrosa que es la vida. Como decía Albert Einstein, “Puedes ver la vida como si nada fuera un milagro o como si todo fuera un milagro”. Aquí tienes a un hombre de ciencia con una visión trascendente de la vida. La vida es única y corta, ya tienes la eternidad para estar muerto, así que aprovecha tu vida y sé feliz.

Entender lo inevitable: conectado con el punto anterior y sin entrar demasiado en cuestiones muy densas, te propongo que investigues sobre la corriente filosófica conocida como estoicismo, del cual fue gran promotor el gran pensador de origen español Séneca.

Últimamente se ha puesto muy de moda y grandes emprendedores de Estados Unidos se han adscrito a esta corriente de pensamiento porque te proporciona muchos recursos para afrontar los retos cotidianos con mucha más serenidad. En resumen, te diré que el estoicismo apuesta por asumir las cuestiones inevitables de la vida como normales: la enfermedad, los conflictos, la muerte. Entienden que forman parte de la vida y que, por tanto, no es preciso darles mayor importancia. Es lo que ellos llaman la ataraxia o imperturbabilidad.

Sí, es verdad, es muy difícil de llevar a la práctica, pero merece la pena intentarlo, ¿verdad?

Dejar un legado: otra cuestión importante es afrontar la vida no como mera supervivencia sino como una oportunidad para dejar un legado a los demás. Aportar algo realmente valioso desde cualquier punto de vista. No tiene por qué ser nada extravagante, a veces simplemente consiste en ser amable, voluntarioso o positivo. No tienes por qué inventar una medicina que cure el cáncer o crear una compañía que emplee a miles de personas (aunque evidentemente serían grandes logros para la humanidad).

El caso es que dejes tu legado, algo por lo que te recuerden aquellos que te conocieron. Recuerda que sentirte querido activa la Qxitocina, una de las hormonas de la felicidad, así que imagínate cómo debes sentirte cuando muchas personas te tengan un gran aprecio por aquello que les has aportado.

Contemplar la belleza: llegamos al último punto. De acuerdo con Abraham Maslow, uno de los grandes filósofos del siglo XX y creador de la famosa Pirámide de Maslow o jerarquía de las necesidades humanas, dijo que una vez que hemos satisfecho todas nuestras necesidades fisiológicas, de seguridad, de afiliación, de reconocimiento y de autorrealización, sólo nos queda alcanzar la belleza para ser completamente felices.

No se refería precisamente a la belleza física de una persona, sino al concepto de belleza que puedas encontrar en una obra de arte o en un paisaje sublime. Así que aquí tienes una de las últimas acciones que puedes llevar a cabo para ser feliz, buscar instantes de belleza.

Pues bien, espero que estos consejos que he recopilado te (nos) sirvan para ser felices para que vivas la vida plenamente.

¡Que seas muy feliz!

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