Mucho se ha escrito sobre los cuidados de la piel, trucos de belleza, remedios naturales, marcas que hacen milagros -o no-, cremas que nos sientan mejor si tenemos una piel mixta, grasa o seca, cuidados básicos que tenemos que seguir para lucir un aspecto saludable… Lo que está claro es que, lo que le funciona a una persona, puede no ser igual de eficaz para otra, y que cada piel, como cada persona, es un mundo.
Sin embargo, no por ello hay que desmoralizarse y he querido resumir 10 consejos basados en mi propia experiencia que pueden serte útiles, ya que he intentado que sean lo más generalizados posibles. Aunque parezca algo muy básico, con ganas y entusiasmo puedes mejorar notablemente el aspecto de tu piel y sentirte bien contigo mismo, tanto por dentro como por fuera:
1.-) Aplica crema hidratante sobre tu rostro y cuerpo
De forma habitual, aplica crema hidratante sobre tu rostro y cuerpo, nunca te pongas directamente polvos o bases sobre la piel (esto provoca irritabilidad, que la piel se reseque, se dilaten los poros y luzca opaca y sin vida, como ha explicado la American Academy of Dermatology).
Existen cremas para todo tipo de pieles, de día o de noche y con texturas diferentes: líquidas y frescas; más densas con protección de rayos UVA…; e incluso para zonas específicas más delicadas, como el contorno de ojos, especialmente sensible. Además, ya se comercializan cremas para aplicarse bajo la ducha de textura ligera e incluso tipo mousse, por lo que ese momento incómodo post-ducha en el que debes aplicarte una crema pegajosa que tarda siglos en secarse ha pasado a la historia y ya no es una excusa.
2.-) Desmaquíllate siempre antes de acostarte por la noche
De todos es sabido que normalmente es recomendable aplicarse cremas o tratamientos cutáneos por la noche porque la piel absorbe mejor los componentes hidratantes y beneficiosos de estos productos. Si no retiras el maquillaje antes de dormir, lo que absorberá la piel será todos los componentes químicos de las bases, la máscara de pestañas, el pintalabios, las sombras, el blush… por lo que esta es una premisa que nunca debes de olvidar.
Si te da pereza, puedes elegir el desmaquillante que mejor se adapte a ti: bajo la ducha, con agua micelar y discos desmaquillantes; toallitas; jabones naturales de uso cutáneo; geles con propiedades añadidas, como oxigenación, frescura, etc.
3.-) Adquiere productos de buena calidad, no de marcas sin categoría y poco fiables o testadas
El campo de los cosméticos y la estética es uno de los más caros, debido al filón que tiene y, muchas veces, los precios son exhorbitantes. Por eso, hay que comparar marcas y productos para elegir aquel que mejor nos convenga, que sea de calidad y que se encuentre en concordancia con el precio.
Lo que no debemos hacer es decantarnos por maquillajes excesivamente económicos que, a corto plazo, nos produzcan irritaciones o alergias, aumento del acné, sobre todo en adolescentes… Además, siempre hay que intentar comprar cosméticos oil free, ya que engrasan más la piel, sobre todo aquellas grasas o mixtas, y decantarse por aquellos con mayor cantidad de elementos acuosos..
4.-) Utiliza complementos para preservar la salud de tu piel
Aparte de las cremas hidratantes, existen otro tipo de cuidados que también ayudan a preservar el buen estado de la piel, como la exfoliación, al menos dos o tres veces a la semana, tanto del rostro -con productos específicos o con ingredientes naturales-, como del cuerpo -ayudados, por ejemplo de un gel nutritivo y un guante de crin-; el uso de mascarillas faciales, que ahora están muy de moda por su gran variedad: detox, hidratantes, iluminadoras, peel off, de velo, de barro; o para pies y manos…
Lo más en tendencia actualmente es la técnica del multimasking, consistente en combinar distintas mascarillas en el rostro específicas para cada zona de la piel: zona T -frente, nariz y barbilla-; mejillas, laterales y cuello; y contorno de ojos. En apartados posteriores trataremos más en profundidad la variedad de mascarillas que existen actualmente, no solo de marca, sino también aquellas que puedes preparar tú mismo en casa con ingredientes muy sencillos y naturales.
5.-) Deja que la piel transpire y se oxigene
La aplicación de bases continuamente que obstruyen los poros de la piel y, cuando se utilizan para tapar imperfecciones momentáneas, provocan que el problema cutáneo se agrave, como suele ocurrir en el caso del acné, un claro ejemplo de que es peor el remedio que la enfermedad.
En el caso de las pestañas, aunque no se trate de la piel específicamente, no debemos de olvidar que existen cuidados especiales para ellas, como cremas regeneradoras de noche que ayudan a mantenerlas sanas o bases naturales que las embellecen pero no las dañan con productos químicos. Lo ideal es alternar la química con momentos de descanso, para que la piel se oxigene y descanse.
6.-) Si tenemos alguna imperfección o herida, dejar que se cure
Tenemos el mal hábito, ya sea en el rostro o en el resto del cuerpo, de querer desaparecer las imperfecciones o heridas lo antes posible y, para ello, no dejamos de tocárnoslas o presionarlas constantemente, pensando que de esa manera se irán antes. Y realmente es todo lo contrario.
Cuanto menos vueltas les demos, antes desaparecerán. Esto es esencial, porque muchas de las manchas o cicatrices que tenemos en nuestra piel nos las hemos causado nosotros mismos por no tener paciencia en su curación.
7.-) Lavarse el rostro por la mañana
Aunque parezca un acto de lo más habitual, todavía existe mucha gente que piensa que no hace falta, porque no le apetece sentir el agua fresca sobre su cara recién levantada o porque considera que, simplemente, no es un ritual necesario para comenzar el día.
Sin embargo, al igual que hacemos antes de acostarnos para retirarnos el maquillaje o la suciedad acumulada durante el día, por la mañana también es necesario lavarse la cara con agua templada -tampoco excesivamente fría o caliente, ya que puede crear irritaciones- para eliminar así las toxinas y las grasas que expulsa nuestra piel mientras dormimos.
Además, podemos complementar la higiene con un jabón específico de rostro muy suave, para limpiar con mayor profundidad, pero sin perjudicar la grasa natural de la piel que sí es beneficiosa y nos protege de los agentes externos.
8.-) Beber un vaso de agua por la mañana
Sí, lo sabemos. Siempre nos repiten por activa y por pasiva que hay que beber dos litros de agua al día, y siempre nos cuesta seguir esa rutina porque nos parece inabarcable o nos aburrimos, pero… ¿por qué no nos proponemos simplemente bebernos un vaso de agua en ayunas? Aparte de despertar nuestra piel externamente con un lavado de cara mañanero, beber agua en ayunas -sin prisas y de forma pausada, para que no nos caiga mal al estómago- también pone en funcionamiento nuestro organismo y despierta nuestro interior. Esto también producirá la activación de la piel y que su aspecto luzca más hidratado con el tiempo y la constancia.
9.-) Acude a tu centro de belleza o spa más cercano
Aunque existen muchos remedios naturales y productos estéticos para cuidarnos la piel en nuestra casa, cada cierto tiempo es recomendable ponerse en manos de profesionales o acudir a centros especializados donde nos puedan ofrecer tratamientos específicos de belleza, como por ejemplo, los spas cuentan con baños turcos o hamman, saunas… que son realmente eficaces para la eliminación de toxinas y que los poros dejen de estar obstruidos.
Se trata de espacios en los que se aplican esencias como el ecualipto o la menta y vapores que ayudan justamente a que se cumpla esa función. Además, aparte de las mascarillas faciales y corporales que nos podamos aplicar nosotros mismos, en estos centros wellness también disponen de tratamientos más avanzados, como tratamientos oxigenantes faciales, masajes faciales con productos específicos como el aloe-vera, envolturas…
10.-) Evita que tu piel esté en contacto con la suciedad
La piel del rostro, especialmente, es muy delicada, y por eso necesita cuidados especiales, tal y como hemos visto anteriormente. Sin embargo, en nuestro día a día no nos damos cuenta de que nosotros mismos somos los causantes de las imperfecciones e irritaciones que nos aparecen al cabo de unos días.
¿Sabes por qué?
Pues se debe a que, por ejemplo, estamos constantemente enganchados al móvil y tecleando con nuestras manos; lo mismo hacemos con el ordenador, etc. y mientras hacemos esas cosas, como acto reflejo, nos tocamos la cara para retirarnos un mechón de pelo de la frente, para rascarnos, limpiarnos alguna zona…
¡Y eso es un grave error!
Debemos intentar mantener nuestras manos alejadas del área del rostro cuando estamos realizando tareas fuera de casa que implican manejo de aparatos, productos externos, etc. Y, si tenemos la necesidad de tocarnos el rostro, siempre debemos lavarnos las manos o usar desinfectantes líquidos que pueden llevarse muy cómodamente en el bolso o la mochila.
¡Y hasta aquí el decálogo de buenas prácticas para el cuidado de tu piel! Recuerda siempre que los dermatólogos son los profesionales médicos encargados de todo lo relacionado con la piel. Ante cualquier duda o problema cutáneo que desconozcas, no dudes en pedir cita en tu centro de salud para que te informen adecuadamente sobre tus necesidades especiales.
Estos diez consejos no sustituyen la valoración de un profesional, sino que solo condensan cuidados básicos y necesarios que muchas veces no tenemos en cuenta.
¿Y tú? ¿Eres de los que sigue al pie de la letra estos cuidados o, al contrario, crees que se le da mayor importancia de la que tiene? ¿Sigues algún tipo de rutina específico que no aparece en la lista? ¿Nos la contarías?