Vivimos en un mundo muy exigente, tanto a nivel personal como profesional. Todos los medios de comunicación se esfuerzan en indicarnos que debemos:
- Ser runners para estar en forma.
- Comer cinco piezas de fruta y verdura al día para llevar una dieta equilibrada.
- Hablar dos o tres idiomas perfectamente para poder defendernos en el extranjero.
- Estudiar una carrera, un máster, un doctorado, etc.
- Leer un libro ¡a la semana! para estar al día de todo lo que se publica.
- Hacer formación continua para no quedarte atrás en tu trabajo.
- Ser el mejor padre/madre, el mejor hijo/a, la mejor pareja, etc.
Llega un punto en el que todo esto se convierte en una lista interminable de tareas que no siempre es posible abarcar. Es entonces cuando nos sentimos abatidos, desmotivados por no poder llegar a ser el mejor en todo y, en el peor de los casos, aparece el síndrome conocido como burnout.
Dicho en otras palabras, para no utilizar un anglicismo: estar quemado.
Cómo combatir el burnout
Aunque el burnout puede darse en todas las facetas de la vida, el más común es el que ocurre durante el trabajo. Un aspecto que no es de extrañar, puesto que dedicamos prácticamente el 80% de nuestro tiempo al trabajo o a cuestiones relacionadas con ello.
Por eso, en este artículo quiero proponerte seis formas de evitar el job burnout para ayudarte a tener una experiencia más satisfactoria en el trabajo y prevenir con ello problemas en el futuro. De hecho, tal y como afirman Christopher H. Thomas y Melenie J. Lankau, el job burnout se caracteriza por:
- Estrés continuado.
- Desmotivación.
- Baja productividad.
- Absentismo.
- Bajas laborales por enfermedad.
Todo ello causado, normalmente, por “una carga de trabajo desmesurada, inseguridad en el puesto de trabajo, competencia desleal entre empleados o falta de reconocimiento por la labor desempeñada”.
Ahora bien, la buena noticia es que todo esto tiene solución si se aborda la cuestión y se toman medidas. Aquí tienes unas cuantas que puedes aplicar desde ya mismo:
1.-) Socializa
Aunque pueda parecer algo poco productivo, lo cierto es que las conversaciones con los compañeros de trabajo ayudan a crear un clima agradable que afecta a la motivación con la que se abordan las tareas. Así, una pausa para el café o un breve debate en un almuerzo pueden ayudar a desestresarte si se hace de la manera adecuada. Eso sí, idealmente aprovecha la ocasión para hablar de temas que no tengan que ver con el trabajo y, por supuesto, olvídate de las críticas y las quejas constantes. Si lo haces, lograrás exactamente el efecto contrario, ponerte de mal humor y empeorar el problema. Mejor abordar estos problemas en otro entorno y delante de las personas afectadas.
2.-) Planifica el trabajo
Nada es más estresante que estar sobrecargado de tareas. En muchas ocasiones se trata de una cuestión de organización o de no saber delegar.
Algunas veces dependerá de ti o de tu jefe, pero en lo que a ti respecta, tienes que ser un auténtico especialista en la planificación del trabajo si no quieres acabar quemado.
Lo interesante es que no es necesario que reinventes la rueda, existen sistemas probados que ayudan a organizar las tareas, ya sea el GTD (Getting Things Done) o el Time Blocking (organización por bloques de tiempo).
Ambas son muy sencillas de entender e implementar, elige la que mejor se ajuste a tus necesidades y aplícalo. Dedicar tiempo a organizar es tiempo ganado y, por encima de todo, tranquilidad y paz mental en el futuro.
3.-) Ten contacto con el supervisor/jefe
Sé que esto no lo puedes controlar o que no siempre será fácil, pero en la medida de lo posible intenta comunicar a tu supervisor o jefe todas aquellas cuestiones que te preocupan y, en particular, aquellas que tengan que ver con la carga de trabajo.
A lo mejor necesitas más recursos, más personal o simplemente establecer unos plazos más razonables. Puede sonar utópico en algunos casos pero, con el tiempo, seguro que si se lo planteas de la forma adecuada no tiene por qué ser imposible.
Al fin y al cabo vas a reducir el absentismo, mejorar el ambiente de trabajo, aumentar la productividad y sí, la facturación porque la motivación va a aumentar exponencialmente y te vas más involucrado con la empresa. ¿No es esto acaso lo que quieren todos los jefes?
4.-) Integra el trabajo en tu vida
Ver el trabajo como una parte integral de tu vida y como una contribución a la sociedad lo cambia todo. Por el contrario, si tu trabajo no te gusta, o directamente lo odias, quizás deberías trazar un plan para abandonarlo.
Obviamente cada circunstancia es diferente y no se puede generalizar pero pasar toda la vida amargado por el trabajo no tiene ningún sentido. Sólo vas a vivir una vez, así que toma una decisión, si te quedas en tu puesto es para disfrutarlo y para dar el máximo de ti mismo. Si no, lárgate de allí y busca otras alternativas, te costará tiempo, quizás años, pero más vale perder unos cuantos años y sobrevivir como se pueda que perder toda tu vida.
¿No te parece?
5.-) Toma descansos
Una jornada laboral de ocho horas bien merece un descanso o varios. Una vez más, no se trata de perder tiempo sino de coger impulso para mejorar el rendimiento y desestresarte un poco.
Cada hora es conveniente levantarse, retirar la mirada del ordenador y, si te apetece, tomar un poco de agua.
No se puede ser productivo el 100% del tiempo, de hecho, lo que sí se puede es ser más productivo tomando descansos e incluso, muchas de las grandes surgen precisamente en esos intermedios entre tarea y tarea. De hecho, es lo que ocurre precisamente en las vacaciones, pero eso lo veremos en el siguiente apartado…
6.-) Toma vacaciones
Como te decía, tomar vacaciones es esencial porque te permite recobrar el aliento y afrontar el futuro más lúcido y descansado. Sin embargo, muchas veces no nos damos cuenta de que podemos tratar las tardes o los fines de semana como auténticas mini vacaciones totalmente reparadoras. Lo que ocurre es que normalmente llenamos esos espacios de tiempo con más y más tareas…
¡Olvídate de eso! ¿Es necesario ir todos los días al gimnasio? ¿Puedes pedir que te traigan la compra a casa? En definitiva, ¿tienes que estar todo el día haciendo cosas?
Pues claro que no, a veces descubres que lo que realmente necesitabas era dormir, así que plantéate una tarde libre de obligaciones cada cierto tiempo (el que consideres oportuno) y empieza a simplificar tu vida lo máximo posible.
Aprovecha para pasar tiempo en casa haciendo nesting, ve a dar una vuelta a un parque, ve a un centro de masajes y date un homenaje en toda regla, acude a un spa y relájate o simplemente prepárate un delicioso baño de burbujas en casa. Lo que sea que te guste y que no suponga una actividad o una tarea.
Otras ideas
¿Quieres otra idea que está empezando a implantarse poco a poco? Te doy un adelanto que trataré en el próximo artículo: masajes a domicilio o en el trabajo, retreats de trabajo y mucho más. Pero para eso tendrás que esperar a la semana que viene….
Ahora te toca a ti. ¿Qué te han parecido estos consejos? ¿Alguna idea para evitar el burnout o salir de él? Soy todo oídos.